domingo, 23 de mayo de 2010

ANTHONY BROWNE: ARGENTINA’S TOUR



Anthony Edward Tudor Browne (Sheffield, Inglaterra, 1946) es Anthony Browne, uno de los ilustradores para niños más reconocido y premiado en todo el mundo. En junio de 2009 recibió el The Children´s Laureate Award, un premio que junto a una jugosa cantidad económica lleva el encargo de difundir la literatura infantil inglesa (of course) por el mundo. En ello está y ha estado Anthony este año 2010, pues es un premio con una especie de reinado de dos años, hasta que otro hijo de la Gran Bretaña recoja el testigo.

Su gira primaveral última le está llevando desde eventos en la campiña escocesa hasta las lejanas tierras de Corea o Argentina, país este donde ha tenido tres apariciones públicas destacadas los tres últimos días de marzo. Presentado en Buenos Aires como “el mejor ilustrador de libros infantiles”, modestia editorial aparte, fue recibido con división de opiniones (alguien se atrevió a cuestionar su figura en un periódico por el “hecho de que en su obra Browne les otorga a monos y gorilas entidad humana”), opiniones que fueron aclamaciones en sus dos grandes charlas. En medio de ellas, firmó libros en una de las más bellas librerías del mundo: la librería El Ateneo de la porteña calle Santa Fe.

Un periplo argentino que él quería realizar y que le permitió conocer la palabra “chorros” (ladrones) aplicada a su computadora portátil y las palabras “densa, desubicada y egocéntrica” aplicadas a la presentadora de su última charla. Como esto no lo leerán ustedes en ningún sitio, me extenderé un poco. Parece increíble que una persona de la categoría humana y profesional de Anthony Browne fuera presentada por alguien que desconocía lo que Anthony iba a realizar, que se pasaba todo el tiempo hablando de sí misma, que dejó varias veces a Browne simplemente con el “yes” en la boca como respuesta a pseudo-preguntas de más de cinco minutos de duración, que se equivocó varias veces en datos y que tras tirar los papeles al piso (suelo) se enfrentó al público, cansado de sus inutilidades. Vergüenza ajena la que sintió todo un salón de actos (museo de arte MALBA en la avenida Figueroa Alcorta, 31 de marzo de 2010) y que tiene nombre y apellido: Alicia Salvi.

Por ello, para que ustedes conozcan un poco mejor que esta señora a Anthony Browne, les recomiendo varias entrevistas realizadas en los últimos años.

Primero, la realizada por el equipo de la revista “Peonza” en un especial sobre álbumes ilustrados que él dibujó desde la portada en abril de 2006:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/05817463411603817427857/ima0118.htm

Segundo, la realizada por la revista española “Babar” en mayo de 2005:
http://revistababar.com/wp/?p=211

Tercero, el artículo con abundante información bio-bibliográfica que realizó Roberto Sotelo en la revista argentina “Imaginaria” en mayo de 2006:
http://www.imaginaria.com.ar/00/2/browne.htm
Completado con una reciente entrevista en tierras argentinas:

UNA ENTREVISTA (IM)POSIBLE



El tiempo premia, apremia y es el primero en escaparse. Ya se sabe que, como decían los latinos, el tiempo huye, aunque a veces se puede rescatar con las tres palabras mágicas de todo buen contador de cuentos -“Érase una vez…”-, cuatro palabras en otros idiomas menos mágicos -“Il était une fois”, “Once upon a time”, “C’era una volta”, “Det var en gång”…-, o peor en otras jerigonzas: “O data la un moment” (rumano) o “Von Zeit zu Zeit, es war einmal” (alemán).


Pues, como les venía diciendo ÉRASE UNA VEZ UNA ENTREVISTA (IM)POSIBLE a la reina del mundo del revés, a la escritora argentina más querida por los niños e infantes de decenas de países, a María Elena Walsh (MEW para los amantes de las siglas). María Elena, entonces bastante activa, quedó un miércoles de un frío invierno del 2005 con unos aprendices de periodistas, que por mor de retrasos aéreos (Iguazú tiene un aeropuerto que a veces los pilotos no encuentran en el mapa) no pudo celebrarse. Reporteros tenaces, insistieron en el 2006, en el 2007, en el 2008, en el 2009… bien por vía directa (“Estimada señora Walsh: Somos una revista española que intenta que los niños odien la poesía y los textos escritos, pero estos insisten en leer sus libros. Nos gustaría conocer a la causante de este desaguisado literario, a ser posible en un té con galletitas. Nos gustan los con. Un abrazo del derecho y del revés”), bien por vía indirecta: mire editorial que somos buenos, mire amigo de MEW que nos ponemos lindos para ir a verla, mire señoritas de compañía que llevamos bizcochos Canale, mire artista de la farándula amiguísima que sabemos sonreír y hacer monerías, “yo no sé por qué”.

Una entrevista que se demoraba -y se demora- y que bien pensado es posible. Veamos.

Nos encontramos en un precioso apartamento de la ciudad de Buenos Aires, en una terraza soleada desde la que se vislumbra un cercano y hermoso parque lleno de arbolado y desarbolados varios, de nombre Parque de Las Heras. Enfrente tenemos a MEW, célebre escritora para niños y grandes, creadora de personajes encantadores, una personalidad que trasciende fronteras con sus libros y sus canciones. Tiene unos bellos ojos azules que iluminan una cara amigable y muestran una mirada curiosa. MEW gusta del té, no en vano le viene de paterna tradición familiar, y de la charla pausada:

- Cómo surgió en usted la escritora…
- Uno sale de sus lecturas.
- Pero, algún aprendizaje…
- El aprendizaje empieza aprendiendo a copiar y eligiendo bien a los maestros.
- Y el éxito…
- El éxito o la respuesta del público es caprichoso.
- Como los niños, la infancia…
- En todo ser humano la infancia propia siempre es una fuente de riqueza muy grande.
- El idioma de la infancia…
- Es un secreto entre los dos.
- Me dijeron que en el reino del revés…
- Nada el pájaro y vuela el pez.
- Y un señor llamado Andrés…
- Tiene 1.530 chimpancés.
- Y los osos…
- Caben en una nuez y dos y dos son tres.
- Dame la mano…
- …y vamos ya.
- Gracias Mª Elena. ¿Le gustaron los bizcochos?

Esta mezcla de palabras de MEW en algunas de sus decenas de entrevistas anteriores y de versos de sus poemas quieren ser un brindis al sol, una invitación a todos los dioses que pueblan la madre tierra por la zona de Palermo (Buenos Aires), una llamada a todas las atenciones, pedir una oportunidad: ¡Quiero una entrevista! “Aquí hay un alma en pena hasta la próxima función”. ¿Funcionará?

PRESENTACIONES

Jalea jacta est (Julio y César. Traducción libre: la jalea está echada o el jaleo ha comenzado)

De pequeño me contaban cuentos. Así crecí creyendo que todas las Caperucitas eran Rojas y que los cerdos -por lo menos tres de ellos- vivían en casas como los humanos y se ayudaban entre sí como hermanos. Los lobos en mis recuerdos infantiles eran peligrosos, los corderos y ovejas bastantes tontos, las brujas malas malísimas y los piratas no existían: mi madre no sabía cuentos de piratas y sí contar ovejas.

Luego, con una escuela donde solo leía cosas que me transmitieran el espíritu nacional, entonces franquista, vinieron lecturas de autores como Michael Ende y su maravilloso Jim Botón, el muñeco Kasperle de Josephine Siebe, las aventuras del Bandido Saltodemata de Otfried Preussler y ese auténtico pirata que era John Silver y su loro Capitán Flint. No me gustaba “Marcelino, pan y vino” de Sánchez-Silva, un libro que no entendía: si se puede hablar con Dios, ¿por qué solo lo hace ese niño Marcelino? Después llegó Verne, todo Verne sacado libro a libro de una biblioteca pública de Santander con un despachante de libros tuerto y cojo: ¿sería pirata en su juventud?


Más tarde estudié Psicología y mis recuerdos de niño me llevaron a trabajar ya en 1976 con los cuentos y en 1980 a realizar mi primer trabajo serio: “Didáctica de la Literatura Infantil” en una época en la que nadie hablaba de ella porque no existía, ¿habré sido el primero? Detrás vinieron artículos, libros y una revista, mi revista. En diciembre de 1986 nacía Peonza (http://www.peonza.es/), una revista de Literatura Infantil que va a cumplir pronto su cuarto de siglo y en la que unos cuantos locos -entonces y ahora- hablamos de libros para niños, entrevistamos gentes que escriben e ilustran, y nos lo pasamos bien: el equipo Peonza.

Más de treinta años en el mundo de la Literatura Infantil me han llevado a ser jurado en premios nacionales, conocer a centenares de escritores e ilustradores, criticar centenares de libros y tener premios dados desde colectivos de historiadores o payasos, hasta todo un gremio de editores o un grupo internacional de diseño gráfico. Ahora, desde 2008, ando por tierras argentinas, con un sueño que será la segunda entrada del blog.

Mientras el sueño llega, estas letras siempre querrán ver el otro lado de la Literatura Infantil, con opiniones sobre libros, autores, eventos y otros humores. Ah, estoy un poco cansado de muchas cosas de este mundillo y por eso hablo de “Literahartura Infantil”.

P.D.: (Para conocerse, decían mis mentores varios, hay que presentarse. Pues a ello: “Aquí un blog. Aquí un/a lector/a”. Que lo disfruten.)