martes, 22 de junio de 2010

LIBRO DEL AÑO EN ARGENTINA


Las lecturas de las novedades de libros para niños y jóvenes es de los trabajos intelectuales más pesados, no solo por que cada nuevo libro aporta entre 200 y 500 gramos a tus estanterías, ya repletas de mucha literahartura infantil, sino por que uno se pregunta qué necesidad hay de perder el tiempo y gastar neuronas en tanto libro que causa malos dolores de cabeza.

(PARÉNTESIS: se me olvidaba definir las palabras claves del blog. LITERAHARTURA INFANTIL 1: Dícese de aquellos libros que nunca debieron de haber sido escritos, menos ilustrados y nunca, nunca editados. Surgen cada año muchos más y peores por todos los países del cono sur y, supongo, del cono norte. ¿Por qué? Si yo les contara… Continuará. LITERAHARTURA INFANTIL 2: Aplícase a la enfermedad literaria que padecen aquellas personas que leen muchos libros para niños; presentan todo un cuadro grave de intoxicación de textos y saturación de imágenes en mal estado. Literahartura, una enfermedad pasajera pero que crea malos sinapsis entre las células cerebrales encargadas de dar sentido a lo que el lector de estos libros está haciendo)

Por eso, es grato encontrar libros buenos, autores con personalidad literaria y editores con gusto por el libro bien hecho, también en textos e imágenes. Me complace presentarles el libro que más me gustó de autores argentinos y edición del año 2009. Se trata de “Haiku”, un álbum ilustrado sin edades y con muchas lecturas, algunas infantiles. Como lo tengo escrito en la revista “Peonza” les ofrezco la reseña de este libro que todo un grupo de personas argentinas nominó como el mejor del año y a su editorial como la más sobresaliente: nominados ALIJA 2010.

Ah, es difícil encontrarlo en España y resto de Europa, salvo por envío ínternáutico.






Haiku
Autora: Iris Rivera.
Ilustradora: María Wernicke.
Editorial: Calibroscopio, Buenos Aires, 2009. 49 pesos (10 €)

Viajando por el mundo uno tiene la costumbre de mirar libros, sobre todo para niños, escudriñando los álbumes ilustrados que se editan en cada país. Estos últimos reflejan la imagen cultural y la importancia que se da a la infancia en cada sitio. Hay países poco poéticos y alguno parece encargar al enemigo la edición de sus libros. Es grato descubrir que países como Argentina empiezan a cuidar sus álbumes infantiles.

Y entre la producción reciente aparece una joya como Haiku, un álbum que recoge el espíritu de los poemas japoneses por excelencia, pero en una prosa que narra la historia de una amistad que crece y se desarrolla entre vecinos. Ellos vienen de lejos y traen otras costumbres: cajas con dragones, canciones con otros ecos, palitos de peinar. Ellos se hacen amigos de los lugareños, disfrutando del umbral de sus casas para confidencias y regalos como el que da título al libro. Ellos tienen que partir; una carta escrita por los pájaros patas de tinta les reclama. Una amistad, intensa y verdadera, parece terminar en un final que deja un poso de tristeza en el lector.

Libro pura poesía, contado con delicadeza en cada frase y casi cada palabra, que mejora si esto es posible, con las delicadas ilustraciones de María Wernicke (Buenos Aires, 1958), siempre en tonos sepia, expresando con pocos trazos y manchas de color todo un universo de sensaciones. Hecho más que a medias con Iris Rivera (Olivos, 1950), este álbum no tiene edad indicada, pues es difícil para los habituales lectores de este formato. Para buenos lectores, también infantiles.